Trastornos emocionales, problemas personales o familiares y otros factores pueden desajustar nuestra mente y forma de vivir hasta un grado que parezca que no tiene solución. En muchas ocasiones el apoyo de un psicólogo es clave para encontrar una salida. Por eso, al contrario de lo que algunos opinan acerca de este tipo de ayudas, buscar un psicólogo no es algo reservado únicamente a quienes tienen un problema mental extremo. Veamos como te puede ayudar un psicólogo a retomar tu vida.
Un psicólogo no es (solo) alguien con quien charlar
La imagen de alguien tumbado sobre un diván contando sus problemas es posiblemente la más recurrente cuando se habla de psicología. Sin embargo, no se trata de desahogarse y sentirse mejor de inmediato, como algunos piensan. Es cierto que hablar ayuda a menudo a reducir la ansiedad y despeja la mente, pero un profesional no se conforma con sentarse frente a ti y tomar notas mientras hablas de tu infancia, tus sueños o pesadillas. Para eso, como se suele comentar en los propios círculos profesionales, se puede llamar a un amigo y charlar mientras se toma un café.
Un psicólogo de verdad, no un charlatán que dice ser lo que no es, trata de encontrar a través de la conversación la causa que hay detrás de cada problema. Una vez identificada, es momento de dar un paso más y avanzar en la terapia que lleve a retomar las riendas de tu vida, que es precisamente lo que se busca.
Terapias adaptadas al trasfondo del problema
Cuando hablamos de terapia, en realidad nos referimos a tratamientos, ya que las terapias como tal son solo una parte de la ayuda que se puede prestar. En el caso de determinados problemas pueden hacer falta varias terapias y el apoyo de determinados medicamentos.
Dependiendo de cuál sea el problema, el psicólogo recomienda, nunca impone, una serie de acciones como la terapia conversacional, conductual o la hipnosis. Esta última se ha mostrado muy efectiva a la hora de tratar dolor, trastornos de ansiedad o situaciones de decaimiento y ánimo bajo, como es el caso de la depresión o desequilibrios mentales de otro tipo.
Hay algo esencial a la hora de aplicar un tratamiento. Solo aquellos que cuenten con suficiente apoyo científico será el que un profesional se decida por aplicar. Algunos de ellos cuentan con una mayor cantidad de datos que otros, aunque siempre se basará en los que cuenten con un respaldo confiable. Algunas terapias se ofrecen como infalibles en determinados casos, aunque normalmente un psicólogo de verdad no será tan tajante, ya que hay muchas variables que deben evaluarse a medida que se aplica la terapia.
Un primer paso: identificar qué pasa en realidad
A menudo se puede contactar a un psicólogo sin saber muy bien el porqué de nuestro problema. Una depresión o cualquier otro trastorno emocional es fácilmente identificable si se ha sufrido una pérdida o se tiene una fobia, por ejemplo. Sin embargo, cuando estos problemas aparecen sin que parezca haber una razón visible, la situación requiere aún más la ayuda de un especialista.
Las primeras sesiones en la consulta de un psicólogo son para analizar qué puede haber pasado para que algo “se haya roto en tu cabeza”, como suele decirse de forma coloquial. A veces puede deberse a un recuerdo reprimido de la infancia, a una situación que en su día no se atendió como debería y que la mente sigue teniendo como pendiente, etc.
Comenzar a avanzar hacia el punto de origen
Una vez identificado lo que está impidiendo retomar el control de la vida, empieza el proceso de recuperación propiamente dicho. Una de las bases es el autoconocimiento, para lo que el psicólogo te ayudará a comprender cuáles son las cosas que está en tu mano cambiar, y qué elementos no puedes alterar y con los que tienes que aprender a convivir.
Para ir avanzando puede ser necesario aprender a pensar, sentir y actuar de manera distinta a la que lo haces en estos momentos. No se trata de cambiar de personalidad, evidentemente, ya que la esencia de nosotros mismos es lo que nos define. Pero sí es importante conocernos cada vez mejor, saber qué es lo que más nos afecta y aprender a asumirlo o alejarlo de nosotros, dependiendo del grado de control que tengamos sobre ello.
Como vez, aunque se trate de llegar al punto de inicio, se trata de un avance y no de un paso atrás. El pensamiento positivo es fundamental para retomar tu ida, y como tal te lo hará ver tu especialista.
Seguir hacia adelante
Una vez que se sabe el porqué y se notan los efectos de las terapias, es el momento de continuar avanzando. Puede ser un camino complicado, aunque el apoyo de un psicólogo es fundamental para lograr el objetivo de volver a llevar una vida normal.