La preocupación por el aspecto físico es algo natural. A todo el mundo le gusta verse bien y que los demás también lo vean así, especialmente cuando se abandona la niñez y comienza la adolescencia, momento en el que los cambios corporales son más evidentes.
Sin embargo, estos cambios pueden causar complejos, que unido al bombardeo constante de la publicidad para conseguir el cuerpo perfecto y otros elementos similares, derivan en trastornos alimenticios como la anorexia o la bulimia. Veamos algunos síntomas que pueden indicar que una persona adolescente padece este problema. También hablaremos de cómo tratarlo.
Qué son la anorexia y la bulimia
Se denomina anorexia adolescente, o anorexia nerviosa, a un estado de rechazo a tener un peso normal para la edad y la altura de una persona. Un terror a aumentar de peso, aun estando muy por debajo de lo que se considera normal y saludable. Quien sufre de anorexia se mira y ve una imagen distorsionada de sí misma, negando de forma categórica que tenga un problema. En el caso de la población femenina, puede llegar a producir una ausencia de la menstruación.
El caso de la bulimia es diferente. Esta es una situación de preocupación por la comida totalmente anormal. Después de episodios de ingesta de alimentos incontrolada, los clásicos “atracones”, quien tiene bulimia se siente culpable y toma medidas con el fin de controlar su peso, como dejar de comer durante días, tomar laxantes o medicamentos, provocarse el vómito, etc.
En algunos casos, la anorexia y bulimia adolescente se pueden dar a la vez, creando una sensación física y emocional extremadamente peligrosa. Aunque uno solo de estos trastornos también lo es, puesto que puede llevar a un desequilibrio de las funciones corporales, incluso irreversibles y mortales en casos muy graves. Por ello, la detección y prevención son muy importantes.
Síntomas que pueden indicar que alguien tiene anorexia o bulimia
Existen determinadas conductas que pueden indicar que se padece un trastorno alimenticio. En caso de que se detecte alguna de ellas, no hay que alarmarse, sino consultar con un profesional para que nos guíe.
Estos son algunos de los síntomas de que un adolescente puede tener anorexia o bulimia:
- Tendencia a comer a solas, lejos de la familia o fuera de casa.
- Rechazo a comidas contundentes o elaboraciones grasas, como fritos, rebozados o platos que tengan salsas.
- Quejas acerca del tamaño de las raciones. Corta los alimentos en pedazos muy pequeños y trata de negociar no acabar con lo que hay en el plato o que retiren parte de la comida.
- Ingesta excesiva de agua. Especialmente antes de las comidas o durante estas.
- Visitas al baño justo al terminar de comer.
- Reducción de las horas de sueño, negando el cansancio que es evidente que tiene.
- Consumo excesivo de caramelos o chicles sin azúcar.
- Aumento de la actividad física, especialmente a solas o tratando que nadie se entere.
- Aparición de comida escondida en diferentes sitios.
En caso de que una o más de estas señales se repitan en el tiempo, es importante tomar medidas para combatir el problema de anorexia o bulimia que puede haber implícito.
Pautas para combatir la anorexia y la bulimia
Primero de todo, hay que comprender que el adolescente está sufriendo y necesita apoyo. Por tanto, hay que evitar reprochar o recriminar su actitud. Esto solo contribuye a que el problema se agrave al tener una sensación de inseguridad y ansiedad todavía más grande. Quien sufre estos trastornos debe sentirse querido, aceptado e integrado en su núcleo familiar. De este modo, la confianza y el sentimiento de que el físico no lo es todo se fortalecen.
El ejemplo es muy importante, ya que no se puede pedir que alguien haga algo que no estamos haciendo nosotros. Por ello, los padres que quieren ayudar a un adolescente deberán tener unos buenos hábitos alimentarios. Así, se educa desde el principio acerca de la importancia de los alimentos y es mucho más fácil combatir problemas.
Cuando la anorexia y bulimia adolescente ha llegado a un grado peligroso, será necesaria la intervención de un profesional. Un psicólogo puede tratar el caso de forma individual, prescribiendo algún fármaco que ayude a controlar la ansiedad o depresión, factores que pueden formar parte del problema de alimentación. También es posible que se deba hospitalizar al adolescente con el fin de vigilar su evolución y atender cualquier necesidad inmediata que pueda surgir, así como comprobar que se están dando los pasos hacia la recuperación. En cualquier caso, lo principal es ayudar a quien sufre esta enfermedad a comprender que todas las medidas que se toman no son un castigo por algo que está haciendo, sino que es un tratamiento que ayudará a curar una enfermedad que padece y que pone en peligro su vida.
Si sospechas que algún familiar requiere de tratamiento para la anorexia y/o bulimia y te encuentras en Barcelona o alrededores puedes acudir a nuestra clínica del Eixample para que podamos evaluar que es lo que podemos hacer para evitar que la enfermedad siga avanzando y librar a la persona que lo padece de esta clase de pensamientos negativos sobre su aspecto físico.