Existen varios motivos por los que un hombre puede sufrir de impotencia sexual. Algunos de ellos tienen carácter físico, mientras que otros son el resultado de una serie de problemas emocionales. En cualquier caso, la frustración e inseguridad que produce este problema no hace sino convertirlo en aún mayor. Veamos cómo solucionar las causas que llevan a padecer una impotencia de tipo psicológico, ya que la de tipo físico compete más bien a otra especialidad.
Causas psicológicas que pueden llevar a sufrir impotencia
Las causas más comunes de impotencia psicológica son el estrés y los problemas de pareja. Aunque hay otras como la depresión, falta de autoestima o episodios de abuso infantil que también se postulan como posibles causas, como la falta de deseo. Lo mejor es ponerse en manos de un especialista que evalúe cuál es el motivo que lleva a este problema, que por otro lado es más común de lo que se piensa.
El ritmo de vida al que nos vemos sometidos es vertiginoso. Por ello el estrés es la causa principal de impotencia, de modo que todo lo que ayude a reducir los niveles también será efectivo para atajar el problema. En otras ocasiones, puede que sean varios los motivos, y el estrés contribuya a agravar los efectos.
Una comunicación franca, fundamental
Lo primero que hay que tener en cuenta es que la vergüenza, que lleva a que no se hable del problema en sí, no es nada positiva si se quiere una solución. Tapar las cosas solo aumenta su gravedad, de modo que hay que hablar de forma abierta, primero con la pareja y después con alguien que nos pueda ayudar. Si el hombre no quiere hablar de ello, hay que hacerle comprender que es el primer paso para acabar con su caso de impotencia psicológica.
La labor de un psicólogo en estos casos puede ser fundamental, ya que contribuye a normalizar la situación. Saber que es un problema común, que hay expertos que saben cómo atajarlo y que no tienen ni mucho menos la intención de burlarse, sino de ayudar, es un modo de empezar a liberar tensiones. Si no se tiene una comunicación abierta o se trata de encontrar una solución por cuenta propia, no solo continuará la impotencia al no conocer las causas, sino que se puede llegar a caer en un punto aún más grave.
Cómo solucionar la impotencia sexual de origen psicológico con terapia
La psicoterapia es una de las principales armas contra las causas que llevan a la impotencia, ya que se concentra en encontrar el foco del problema, además de otros factores que han llevado a padecerlo. Si se cuenta además con el apoyo de la pareja, los resultados serán mucho más efectivos.
Una de las terapias más recomendables es la terapia conductual, que busca acabar con el temor y la ansiedad, así como determinados hábitos negativos que, si bien no tienen por qué ser la causa del trastorno, solo hacer que este sea más profundo.
Uso de medicamentos contra la impotencia
En algunos casos puede que se recomiende utilizar determinados fármacos contra la impotencia. Hay que decir que los fármacos no solucionan la impotencia sexual de origen psicológico, aunque pueden ayudar hasta cierto grado como fuente de apoyo. Al conseguir una reacción que de forma natural no se logra, la confianza en uno mismo empieza a mejorar, lo cual es de por sí bastante positivo.
Si es la falta de autoestima la causa que lleva a la impotencia, es evidente que poco a poco los medicamentos ayudarán a volver a la normalidad. No obstante, al tratarse de fórmulas sintéticas bastante fuertes y que afectan a elementos como la circulación o el pulso, siempre deberá tomarse bajo estricta prescripción médica. No se puede tomar un fármaco contra la impotencia sin receta, y de hecho es muy difícil, por no decir que imposible, que nos lo den en una farmacia de forma libre.
Algunos remedios naturales de apoyo a la terapia psicológica
Como sucede con los medicamentos, algunas pautas de ejercicio y alimentación también influyen de un modo u otro en la impotencia. Llevar una vida sana, comiendo de forma equilibrada, dejando de fumar, dejar el alcohol y haciendo ejercicio moderado y regular mejora la circulación y ayuda a relajar los músculos, lo que puede reducir el grado de bloqueo físico que causa el trastorno.
No te cierres a la ayuda si sufres impotencia sexual de origen psicológico
La impotencia es sumamente frustrante. Y no solo para quien la padece, ya que la pareja también siente las causas de este trastorno, llegando incluso a culparse de una parte del problema. Negarse a aceptar ayuda no soluciona nada sino al contrario. Cuanto más tiempo se deje pasar, mayor será la gravedad del problema.
Por ello, es vital ponerse en manos de un experto, un psicólogo con experiencia en este tipo de trastornos. No te juzgará, sino que se volcará en ayudarte a solucionar tu caso con discreción.